Hipertrigliceridemia: recomendaciones alimentarias generales
Los triglicéridos son un tipo de grasa relacionada de forma directa con la alimentación puesto que pueden ingerirse a través de ésta o ser sintetizadas en el hígado ante un consumo excesivo de calorías. Por lo que su exceso en sangre podrá ser controlado en cierto modo a través de la alimentación.
La hipertrigliceridemia es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares en la actualidad. Así mismo también se relaciona con el desarrollo de la pancreatitis. Por tal motivo es importante evitarla o reducirla en la medida de lo posible.
De forma general, se considera que existe hipertrigliceridemia cuando la presencia de triglicéridos en sangre supera los 200mg/dl. Sin embargo, se recomienda que dichos valores se encuentren por debajo de 150g/dl.
Son múltiples las posibles causas de hipertrigliceridemia entre las que destacan el exceso de peso y el consumo excesivo de alcohol, azúcares simples, grasas saturadas y trans por poder incidir sobre ellas mediante la modificación de la alimentación.
Así, podemos incluir una serie de recomendaciones nutricionales en nuestra alimentación diaria pudiendo disminuir los valores elevados o prevenir la aparición de su exceso.
Entre tales recomendaciones distinguimos:
- Alcanzar un peso saludable, en caso de que este no lo sea, o mantenerlo en caso de ser así. Esto incluye alcanzar un porcentaje de grasa saludable controlando la ingesta calórica y nutricional.
- Distribuir las ingestas calóricas en 5 tomas diarias establecidas en función de la actividad diaria de cada individuo.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, azúcares simples, grasas saturadas y trans, así como el consumo de alimentos procesados en general.
- Elegir carnes magras, retirando la piel y la grasa visible de aquellas en las que sea posible, evitando el consumo de embutidos, vísceras y carnes grasas.
- Aumentar el consumo de pescado combinado el azul con el blanco.
- Tomar entre 3 y 4 huevos semanales reduciendo el consumo de las yemas.
- Consumir alimentos ricos en omega-3 como frutos secos, aguacate, pescado azul…
- Tomar lácteos desnatados.
- Comer cereales, arroces y pastas integrales en cantidades adecuadas.
- Aumentar el consumo de legumbres (se recomiendan 3 veces por emana).
- Tomar, al menos, 5 raciones de fruta y verdura diarias.
- Utilizar aceite de oliva como principal grasa de cocción.
- Utilizar técnicas culinarias saludables tales como la plancha, el vapor, el horno, el microondas, la cocción…
- Evitar el sedentarismo.
Siguiendo estas pautas y acudiendo a un profesional adecuado será posible controlar o reducir el nivel de triglicéridos en sangre así como los posibles problemas derivados de su exceso