Importancia del ritmo escapulo-humeral en el dolor de hombro
El hombro es una de las articulaciones más complejas del cuerpo, y una de las que más se lesiona. Esto es debido a que tiene mucha movilidad para dirigir la mano hacia donde nos interesa. Pero esta gran movilidad, va en detrimento de la estabilidad de la articulación.
El hombro está constituido por cinco articulaciones, lo que nos hace pensar en su gran complejidad:
– La articulación glenohumeral, la más importante de esta región y la que mayor movilidad realiza. La forma la cabeza del húmero, de forma esférica y la cavidad glenoidea de la escápula, con forma de cuenco. Es importante que la cabeza del humero se encuentre adecuadamente centrada en la cavidad glenoidea.
– La articulación acromioclavicular, une la escápula y la clavícula. Es fundamental su integridad biomecánica para el adecuado funcionamiento del hombro.
– La llamada articulación esternoclavicular, ayuda a la realización de los movimientos de la clavícula, y es la unión del miembro superior al tronco.
– La articulación escapulo-torácica, considerada “falsa articulación” al estar formada por el deslizamiento de la escápula sobre la parrilla costal.
– La articulación subdeltoidea, también considerada “falsa articulación”.
Si nos fijamos en su forma anatómica observamos que tiene muy poca estabilidad ósea, y la cápsula y los ligamentos que la rodean son bastante laxos para permitir el movimiento, poniéndose en tensión en rangos finales de movimiento. Por esto cobran especial importancia los llamados “estabilizadores activos”, es decir, los músculos que se insertan en esta articulación. Dichos músculos deben estar altamente sincronizados y actuar en equilibrio unos y otros. Entre ellos tenemos el grupo de músculos “manguitos de los rotadores” que se encarga de centrar la cabeza del húmero en su sitio. Su lesión en muy frecuente debido la ubicación de su tendón, que es pellizcado en el espacio subacromial.
Parte de la movilidad del hombro se realiza gracias a la escápula, que debe moverse sincrónicamente con la articulación glenohumeral. Entendemos por ritmo escapulohumeral el movimiento sincronizado entre el húmero y la escápula. Cuando realizamos movimientos de elevación del brazo, hay movilidad de la escápula en forma de báscula. Es frecuente que este ritmo se vea alterado por desequilibrios musculares: tendencia a “espasmarse o acortarse” o a debilitarse.
Otro factor a tener en cuenta es la postura. La tendencia a un aumento de la curva cifótica (coloquialmente “chepa”) lleva implícito que los hombros estén adelantados, con algunos músculos acortados como los pectorales. Además, la escápula también estará mal posicionada y no podrá moverse como precisa esta articulación. Esto predispondrá a desequilibrio muscular, y por tanto a lesiones a medio o largo plazo.
Es frecuente encontrar pacientes con dolor en el hombro cuya profesión o actividad deportiva no es especialmente lesiva para esta articulación, y sin embargo sí que pasan muchas horas sentados, aumentando la cifosis dorsal fisiológica.
En el tratamiento de los problemas en esta articulación es tan importante abordar la causa principal del dolor, como realizar el trabajo muscular adecuado de los músculos implicados. Además se deben incluir ejercicios de corrección postural, para recuperar dicho sincronismo y recuperar el ritmo escapulo-humeral que mejore la movilidad articular.