Implicación de la ATM en cervicalgias y cefaleas
En una de las últimas entradas del blog comentamos la gran relación que existe entre la articulación temporo-mandibular o ATM y la región cervical, y como lesiones en una de ellas interfiere en el correcto funcionamiento de la otra y viceversa.
La ATM es una articulación importantísima del organismo, y desconocida para muchas personas. Y es que posiblemente sea la articulación que más veces movemos a lo largo del día. Gracias a ella y su correcto funcionamiento hablamos, masticamos y tragamos.
Esta ubicada entre la mandíbula y el hueso temporal, uno de los huesos que forman el cráneo. Posee ligamentos y cápsulas que la refuerzan, y un menisco intraarticular que evita el roce entre los huesos. La luxación y degeneración de este menisco es muy característico en la patología de esta articulación. Su importancia radica en que forma parte del sistema estomatognático, un sistema de vital importancia en fisioterapeutas y osteópatas. Se relaciona con cráneo, primeras vértebras cervicales, hueso hioides y cintura escapular (región de los omoplatos), por medio de musculatura y relaciones nerviosas. Así, un dolor de cabeza, puede estar originado por un problema de ATM.
Además, en los últimos grados de abertura y cierre de la boca hay participación la región cervical alta. Cuando abrimos del todo la boca, se produce una extensión de las primeras vértebras cervicales, con lo que alteración en esta zona, afecta al movimiento de la ATM. Y por ello, cuando hay disminución de la movilidad en abertura por disfunciones directamente en la mandíbula, la ATM utiliza la región cervical para suplir esa falta de movimiento. Así se provoca un sobreesfuerzo en dicha zona, que puede ser causante de dolores cervicales.
De la misma forma, una malposición de la cabeza que se posicione más adelantada condiciona la dinámica de la ATM.
Por esto, siempre hay que revisar la mandíbula en un paciente que presenta dolor cervical. Se demuestra de esta forma que la disfunción principal podría encontrarse en la mandíbula y no en las vértebras.
Además, se debe tener en cuenta hábitos del paciente, como mascar chicles, morderse las uñas o el bruxismo (apretar o rechinar los dientes). Todo esto contribuye a perpetuar y agravar las lesiones de esta región. Así mismo, está generalmente implicada en procesos de estrés, ya que músculos como el temporal y el masetero se consideran musculatura de alerta, que se contrae en situaciones de alarma o peligro, activándose cuando estamos nerviosos.
Entre los síntomas habituales relaciones con la ATM encontramos:
- Dolor en la mandíbula al abrir, cerrar, masticar, que pueden irradiarse hacia la cabeza o el oído. Esto provoca en ocasiones cefaleas intensas.
- Chasquido o crujido en los movimientos de la boca. Indica habitualmente lesión de menisco ubicado en la articulación.
- Limitación en los movimientos de la mandíbula, principalmente en el de abertura.
Insistir en la necesidad de revisar la ATM frecuentemente, así como realizar un correcto diagnóstico del paciente es muy importante. Puede ser la causa primaria de las disfunciones, y no necesariamente presenta los síntomas en dicha región, pudiendo provocarlos a distancia.