Llevar una alimentación saludable suele ser uno de los propósitos más prometidos cada nuevo año, pero en muchas ocasiones suele quedar en el camino por impaciencia, queremos que sea para “YA”, de hoy para mañana. Sin embargo, para bien o para mal todo cambio requiere en mayor o menor medida tiempo, esfuerzo y dedicación, gracias a los cuales es posible lograr lo que deseamos con gran satisfacción.

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Consejos para mejorar nuestra alimentación

Para ello, y después de las celebraciones de estos días, proponemos a continuación diez sencillos consejos para iniciar el cambio hacia una alimentación saludable, hacia la mejora de nuestra calidad de vida y, en caso de habérnoslo planteado, a cumplir por fin uno de nuestros “propósitos de Año Nuevo”.

  • Distribuir la energía en función de la actividad. Realizar 4-6 tomas al día en función de la actividad a realizar, tomando alimentos más energéticos en los momentos de mayor gasto energético. Igual que para hacer un viaje de larga distancia llenamos el depósito del coche de gasolina, lo mismo haremos para enfrentarnos a una jornada laboral, escolar o de gran actividad.
  • Tomar entre 3 y 5 piezas de fruta diarias. Nos va a permitir cubrir las necesidades de micronutrientes (vitaminas y minerales), y ayuda a nuestra hidratación. Con esto también conseguimos saciarnos y evitar el consumo de productos no saludables.
  • Tomar, al menos, 2 raciones de verdura diarias. Es decir, tomar dos platos de las mismas, a ser posible una cruda (a medio día) y otra cocida (por la noche) para evitar problemas de digestión. Del mismo modo que la fruta, va a permitir cubrir las necesidades hídricas y de micronutrientes.
  • Consumir alimentos ricos en hidratos de carbono complejos. Los hidratos de carbono forman la base de una alimentación adecuada siempre y cuando sean de buena calidad. Actualmente tenemos gran variedad de productos en el mercado como pan, patata, pasta, cereales, arroz… que podemos tomar de forma diaria siempre que no abusemos de ellos.
  • Tomar alimentos ricos en proteínas: alternar el consumo de carne, pescado, huevos, legumbres, tofu, seitán… consumiéndolos entre 1 y 3 veces a lo largo del día.
  • Consumir alimentos ricos en calcio: ya sea mediante lácteos y derivados lácteos, bebidas vegetales o alimentos de origen vegetal.
  • Tomar grasas de calidad: alternar el consumo de aceite de oliva, aguacate, frutos secos… en cantidades adecuadas.
  • Hidratarse correctamente: consumir de forma general entre 1,5 y 2L de agua de forma diaria.
  • Utilizar técnicas de cocción saludables: elegir plancha, horno, vapor, papillote, salteados, guisados… en lugar de fritos y rebozados.
  • Evitar las calorías vacías: el alcohol, los refrescos comerciales, la comida basura, la bollería industrial, las chucherías… nos solo no son necesarios si no que pueden ser perjudiciales para nuestra salud.